Los avances de la ciencia acompañados por el aporte hecho por el computador para tales investigaciones, han permitido abrir las fronteras para dar un paso mas allá. La geometría ha ganado indudablemente muchos aportes, ampliándose significativamente.
A las formas geométricas euclidianas conocidas, se les han incorporado también el factor tiempo con lo que se ha obtenido resultados espectaculares.
Un ejemplo es el Tesseract o Hipercubo, figura geométrica que incorpora una coordenada cuatridimensional en su forma. Esta cuarta dimensión no puede ser percibida por los hombres de tres dimensiones, pero ya ha estado arrojando valiosos resultados a la física y matemáticas, que indagan sobre la existencia o posibilidades de escudriñar o transportar la materia a otras dimensiones paralelas.
Pero: ¿qué es un tesseract?
Primero, para hacernos una idea del Tesseract debemos situarnos en un plano de ficción y realidad, en un mundo de dimensiones paralelas que están brotando a la luz.
“En geometría un tesseract o hipercubo es una figura formada por dos cubos desplazados en un cuarto eje dimensional. Se compone de 8 celdas cúbicas, 24 caras cuadradas, 32 aristas y 16 vértices, esto tomando en cuenta el desarrollo del polinomio (2x + 1)n donde el valor de n equivale al número de dimensiones (en este caso particular 4) y x es el largo, alto, ancho... etc. de la figura polidimensional equilátera. Este término fue acuñado por primera vez en 1888 por el matemático ingles Charles Howard Hinton en una obra llamada A New Era of Thought, especie de manual que buscaba entrenar la intuición hiperespacial mediante ejercicios de visualización con cubos de colores en torno a un hipercubo imaginario. Un hipercubo se define como un cubo desfasado en el tiempo, es decir, cada instante de tiempo por el cual se movió pero todos ellos juntos. Por supuesto no podemos ver un hipercubo en la tercera dimensión, ya que solo se verían los puntos que tocan nuestro universo, así que solo veríamos un cubo común”.
http://es.wikipedia.org/wiki/Tesseract.
A las formas geométricas euclidianas conocidas, se les han incorporado también el factor tiempo con lo que se ha obtenido resultados espectaculares.
Un ejemplo es el Tesseract o Hipercubo, figura geométrica que incorpora una coordenada cuatridimensional en su forma. Esta cuarta dimensión no puede ser percibida por los hombres de tres dimensiones, pero ya ha estado arrojando valiosos resultados a la física y matemáticas, que indagan sobre la existencia o posibilidades de escudriñar o transportar la materia a otras dimensiones paralelas.
Pero: ¿qué es un tesseract?
Primero, para hacernos una idea del Tesseract debemos situarnos en un plano de ficción y realidad, en un mundo de dimensiones paralelas que están brotando a la luz.
“En geometría un tesseract o hipercubo es una figura formada por dos cubos desplazados en un cuarto eje dimensional. Se compone de 8 celdas cúbicas, 24 caras cuadradas, 32 aristas y 16 vértices, esto tomando en cuenta el desarrollo del polinomio (2x + 1)n donde el valor de n equivale al número de dimensiones (en este caso particular 4) y x es el largo, alto, ancho... etc. de la figura polidimensional equilátera. Este término fue acuñado por primera vez en 1888 por el matemático ingles Charles Howard Hinton en una obra llamada A New Era of Thought, especie de manual que buscaba entrenar la intuición hiperespacial mediante ejercicios de visualización con cubos de colores en torno a un hipercubo imaginario. Un hipercubo se define como un cubo desfasado en el tiempo, es decir, cada instante de tiempo por el cual se movió pero todos ellos juntos. Por supuesto no podemos ver un hipercubo en la tercera dimensión, ya que solo se verían los puntos que tocan nuestro universo, así que solo veríamos un cubo común”.
http://es.wikipedia.org/wiki/Tesseract.
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